miércoles, 21 de noviembre de 2012

Entre indignados, resentidos y envidiosos

Hoy conocí a un integrante de una de las organizaciones que convocan a las protestas en la República Dominicana y mis conclusiones fueron muy diversas.

Tienen buen corazón y están tan indignados como yo, por las mismas razones que yo y quieren lo mismo que yo pero no calculan la complejidad socio cultural y política de su propio país y el camino lleno de tropiezos e intereses que ya comienzan a manifestarse entre cúpulas corruptas que apuestan que lo sencillo, la mayoría de esos muchachos tiene poca edad para recordar que hay muchos más culpables  de los males de la nación que a quien acusan hoy.


Los que protestan en su mayoría son jóvenes, mientras los envidiosos, perdedores y resentidos de todas las épocas los observan y tratan de acercarse poco a poco a ver si pueden ser aceptados, intentando capitalizar el movimiento que ellos por si solo no supieron crear en su momento.

Hoy, estos movimientos se ocupan solo en protestar y puede que pronto el resto se canse de que ellos protesten por todo todo el tiempo en vez de ponerse a trabajar en necesidades de la nación y que pasen más allá de sentarse con un celular caro a corear mientras toman fotos hacia la red.

No comprender los procesos sociales, no saber lo suficiente de su propia historia, no colocarse en el contexto y no colocar a los entes políticos que durante años se han hecho una posición, pueden llevar indiscutiblemente al fracaso y al cansancio de la sociedad hacia estos movimientos, y más, si el actual presidente con el dinero que al fin parece que logrará recaudar comienza a hacer por el país cosas que hace rato la nación espera.

Fuerzas le piden más, otras optan por hacerse líderes virtuales, el país espera por jóvenes comprometidos con el futuro pero con los pies en la tierra.

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