sábado, 9 de noviembre de 2013

DEMBOW, Entre el Apartheid Cultural y Chupasangres

Suena la música, si es que así se le puede llamar, muchas veces acordes superrepetitivos creados en una máquina, nada de instrumentos, nada de conocimeitno músical, solo "lírica", pantalón por debajo de la ingle, gafas oscuras y un patrocinador.

El dembow podría ser un género músical y como tal, está lleno de buenos talentos y malos, pero lo que es claro es que separa a la población en dos bandos a veces no muy definidos.

Los de un bando prefieren la música más elaborada que va desde el "perico ripiao" hasta "mozard", el otro bando solo sabe de dembow, tal vez algo de reguetón y quien sabe si de salsa, la sociedad los encasilla y para colmos los salseros se hacen ricos copiando música, no coponiendo, o sea, nada nuevo.



El DEMBOW no solo trae consigo el ritmo, trae consigo la forma de vestir y la forma de hablar, las compañias aprovechan a famosos entre el barrio para vender a través de sus anuncios publitarios, no importa que cambien la R por al L, porque no será el invitado a la fiesta de quinces de la hija del dueño de la compañia, para eso prefieren a un buen salsero o un merenguero y quien sabe si algún que otro bachatero, pero no llevan a sus casas bien amuebledas y con "casta" definida a un jóven que canta "esa vaina" y viste tan raro.

Mientras algunos sueñan con crecer, montar un negocio rentable, romperse las espaldas trabajando, al "demdowsero" lo llevan a creer que solo funciona el atacar a otro, crear letras de violencia y sexo fuerte, gastar todo en la próxima hembra sin saber que cuando pase su momento de "estar pegao" , los productores mirarán a otra parte, las hembas se irán y él tendrá entonces que comenzar a de cero en otra cosa.

Con casos muy mal contados, ese es el esquema de los que se dedican al ritmo, viviendo su momento sin saber que es muy corto y el próximo año, ya nadie se acordará de él.

Desde otra zona de la cuidad, quien una vez lo usara para su negocio, mirará a otra parte con sus hijos en colegios caros donde les enseñan que la R se pronuncia R y la L no tiene nada que ver, mientras piensa a que país enviará a sus hijos de vacaciones mientras que el barrio y solo el barrio vea pasar al poeta pasado de moda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gala Oriental